Cuando tuve noticia del lanzamiento de este single mi primer acercamiento estuvo dominado por el escepticismo. Ed Sheeran es un muy buen artista, un buen músico y cantante, pero nunca me lo había imaginado abordando un estilo tan diferente al suyo, y menos aún haciéndolo bien. La realidad es que escuché "Blow" cinco o seis vece seguidas y la disfruté más cada vez. Esta colaboración con Bruno Mars y Chris Stapleton me pareció un verdadero "temazo" de hard rock macarra, ochentero y digno de bandas como RATT, WARRANT, CHEAP TRICK o POISON.
Sin duda uno de los elementos más llamativos del tema y que captó la atención de todo el mundo desde el primer momento es el hecho de que Ed Sheeran, Bruno Mars y Chris Stapleton se encontraban reencarnados en versiones femeninas a las que dan vida Cherish Waters, Jordan Kelly DeBarge y Cheyene Haynes, que protagonizan el vídeo con una actitud arrolladora y un "playback" a veces un tanto cuestionable. La verdad es que en primera instancia me gustó mucho el tema. Fue después de bastantes escuchas y de prestarle mucha atención a la letra cuando empecé a plantearme las distintas lecturas de este tema en 2019.
Vivimos en un momento social en el que la lucha contra cualquier forma de machismo es una prioridad y la exaltación de la mujer como una figura de poder, autonomía y fuerza está a la orden del día. Y es algo totalmente positivo. Por eso me planteé cual sería el impacto de una letra de marcado contenido sexual y con un poso claramente machista en la sociedad de hoy. Para mi sorpresa ha sido prácticamente nulo, lo cual es muy significativo: se han criticado letras que tienen veinte, treinta y hasta cuarenta años por su contenido sexual y por la forma en la que objetivizan a la mujer, y una canción exactamente igual, lanzada en pleno 2019, pasa desapercibida, a pesar de tener un foco absolutamente mayoritario, al venir firmada por tres de los artistas más exitosos del momento.
No pude evitar plantearme que el hecho de que Ed y compañía hayan elegido encarnar a sus versiones femeninas para esta canción ha mitigado muchísimo el posible impacto negativo de una letra que dice textualmente "Estoy llegando nena; te estoy apuntando a ti: listo, cargado, dispara mi tiro esta noche", una evidente referencia a la eyaculación masculina. Y no es el único ejemplo dentro del tema de metáforas sexuales en las que la mujer es una tentación y una herramienta para el hedonismo sexual del hombre.
La elección de unas encarnaciones femeninas puede querer conseguir que la visión de la letra se de la vuelta y sea la mujer la que toma el control de la acción y de su sexualidad, convirtiendo una letra que muchos calificarían de machista en un alegato feminista y empoderador. O puede que simplemente sea una herramienta de marketing, utilizando la figura de estas mujeres (que recordemos, en el contexto del vídeo son los alter egos de Ed Sheeran, Bruno Mars y Chris Stapleton) como una herramienta con la que captar más visionados, descargas y ventas.
No obstante, debo decir que no seré yo el que critique ninguna de estas lecturas. Soy de la opinión de que el arte debe valorarse como arte y no como herramienta de cualquier otro tipo, aunque sea importante tener en cuenta el contexto social en que ve la luz. Y como arte, "Blow" es un gran tema. Creo que hoy en día resulta muy fácil tener la piel más fina de lo que en ocasiones puede dictar el sentido común, y es muy fácil buscarle tres pies al gato como esto y haciendo yo en este análisis. Al final del día lo único que importa es si la canción te hace vibrar, saltar, cantar, reír o llorar. No es necesario vivir analizando todo lo que escuchamos, todo lo que vemos o todo lo que leemos.
Sacar diferentes lecturas e interpretaciones de una canción, una película o un libro puede ser divertido como ejercicio de comprensión, contextualización y aprendizaje, pero hacerlo con la intención de criticar y de buscar aquello que pueda ofendernos (o ser ofensivo en general) nos hace menos felices a todos. A veces es mejor simplemente sentarse a disfrutar y, por parafrasear la canción en concreto, "Apretar el gatillo y dejar que nos vuelen la cabeza".
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